viernes, 30 de diciembre de 2011

Otro año que se va....


Otro más, otro año encima, muchas más experiencias y un mayor crecimiento como persona; eso es lo que saco de cada año que pasa.

Detesto todo tipo de sentimentalisamos, pero al mismo tiempo los quiero. Y hoy, penúltimo día del año, no puedo evitar ponerme a hacer balances, qué perdí y qué recupere; qué descubrí y qué oculté; qué escribí y qué hablé; qué hice y qué haré (no hacer, jamás está permitido).
Si lo miro en perspectiva, por dios.. mejor no mirarlo en perspectiva. Me da esa extraña sensación, que el 2011 en general, no fue un buen año para la mayoría; ojalá que no, ojalá que muchos de ustedes lo recuerden como uno de los mejores años de sus vidas, todos nos merecemos un año de esos.
Por mi parte, fue un año marmolado. Comenzó siendo muy bueno, tuvo altos y bajos, bajos, bajos, bajos, y aunque sé que no estoy en el apogeo de mí año, no puedo decir que lo termino mal, porque me di cuenta que todas esas que yo consideraba sumamente importantes y esenciales, no son más que accesorias, que nadie me quita el tiempo vivido y que debo, definitivamente, actuar más. Creo que en parte ése es mi mayor defecto, no actuar tanto y sentarme a escribir todas las cosas que debería decir, pero es mí mejor manera, es mí manera.
En éste 2011 me dí cuenta que incluso aquellas personas que te dijeron alguna vez "voy a estar siempre", no lo están; que que nadie te va a dar ayuda sin que la pidas; que jamas voy a pedir a ayuda porque creo que mi autosuficiencia se prueba y agranda un poquito más con cada nuevo obstáculo; entendí que mi coraza es demasiado gruesa y que quizás es mejor empezar a construir sobre ella, de manera que se afine solita, por el peso.. o que se sedimente; entendí que no tengo que depositar mi felicidad en nadie, y quizás demasiado; que escribir es mi pasión y no lo cambiaría por nada; que soy bastante diferente a los demás y no está mal; que pertenecer no es importante; entendí que ser perfecta, no es ser feliz.
El 2011 me mostró la verdadera cara de la gente y me enseñó a no pre-juzgar, quizás aquellos que son más bizarros son quienes mejores personas son, me enseñó que el tiempo muestra la verdadera esencia de las cosas, baja caretas y entendí que incluso el silenció se considera emisión de juicios que uno jamás dijo. Cada loco con su tema.

Renové amigos, aseguré amistades, corrí bajo la lluvia, grité, canté, salté, besé.
Conocí gente que valió la pena, gente nueva que me refrescó.
Lloré bastante, pero más reí.
Viví.

Fuiste malo-bueno.
Casi que fuiste '11.
Nos vemos.
Hola lindo, hola '12.

jueves, 29 de diciembre de 2011

"I still care"

Necesito decir que te extraño. Decírtelo. Sacarme esta pena del pecho. Me araña y llega hondo. Tengo un sabor amargo en la boca, un sabor de despedida. Estoy gritando a todo pulmón pero no se escucha nada, nadie me oye. No estás tú. Te quiero a ti. A la persona que eres. O eras. Yo te hacía mejor persona cuando estaba a tu lado recuerdas? Ya no maldecias tanto. No fumabas hierba.Te reías de mis ridículos problemas, jugábamos cartas, escuchábamos música, nos besábamos y yo te odiaba. No lo tomes personal, pero te odiaba al saber que no iba a pasar nada. Aún odio que llames a todas tus zorritas para ver si alguna de ellas estaba disponible. Que me llevaras de compras. Compras para ellas. Que me probara miles de cosas solo para ver si le podían quedar a ellas. Odio que me miraras con esa cara aun sabiendo que las veías en mi. Pero ya basta. No te quiero reclamar nada. Conoces cada historia, cada línea, cada palabra que va a salir de mi boca. Te extraño. Extraño a esa persona que se subía al escenario y se adueñaba de las canciones. Extraño tu olor, tu risa, tu nariz, la forma en que hablas. Ya van demasiados meses. No quiero terminar el año sin saber de ti. Necesito tocarte, mirarte, perdonarte. Necesito perdonarnos. Te prometo dejar esta maldita utopía que siento, dejar todo de lado y ser tu amiga, más que todo, tu mejor amiga. Como los viejos tiempos. No importa lo que pase más adelante, te prometí estar siempre y aquí estoy, aunque no me hables ni yo a ti.


(No se mientan, hay gente que escribe mejor que yo. Aventurense y lean!)

miércoles, 28 de diciembre de 2011

L♥ve - The real deal.


A pesar de los años, a pesar de los baches, hay algo que amo mucho de mi familia y eso es el amor que se tienen mis padres. Uno piensa que después de 10 años de noviazgo, 30 de matrimonio, dos hijas y muchos problemas de salud en el medio, ése amor se pudo haber diluido…pero no.
Mi mamá es médica, trabaja en diferentes ciudades y pueblos alrededor de donde vivo. En un determinado día de la semana, viaja y vuelve de madrugada. Ése día mi papá sin quejarse ni alardear la espera a la madrugada, tranquilo, paciente. Preparándole media hora antes de su llegada la cena; sea ésta (hora de llegada) las 3 de la mañana o las 12 de la noche, para escuchar sobre su día y mirar un rato televisión juntos hasta irse a dormir.
Quizás me vuelvo emocional porque es mi familia, pero un amor que pasó por tantos, tantos, tantos altos y bajos es un amor que ciertamente vale todo, y es el tipo de amor que quiero tener a mí lado.
No sé qué va a ser de mí mañana, ni dentro de un año, mucho menos dentro de 10. Sé que no voy a ser quien yo espero ser, porque jamás la vida te da esa chance. Pero sí sé que quiero vivir el resto de mis días con un amor así, un amor resistente, un amor antibalas.
Tuve un gran ejemplo de amor, no me voy a resignar a vivir versiones contemporáneas. El jugo no es rico aguado, el amor tampoco.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Like this



Acá, mirándote, está esa pendeja fatalista con aires de romántica y aspiraciones fantasiosas.
Acá, con su corazón en las manos y los ojos llenos de lágrimas.
Aterrada, aterrada de verse débil ante cualquiera.
Sin miedos.
Sin fortuna.

No sé que puedo prometerte. No sé que puedo dar.
Fallo en cada paso, y a veces disfruto de mi error.
No entiendo límites.
No vivo por límites.
Vivo mía y libre.
Tómame, o déjame.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Take me away


Toda la ciudad se oscureció de repente, el cielo cambio su sonrisa por la furia de un volcán antes de entrar en erupción, sentada en la puerta de la casa de algún extraño sonreí y espere a que pasara todo lo que siempre espero que pase: lo peor.
Los edificios nadaban entre olas de lluvia amargada. Me vi correr por las calles solitarias, llenas de gente que escapaba al mal mientras yo disfrutaba bañarme en él, quizás tanta metáfora tiene alguna definición. Y reía, reía a carcajadas.
Pocas veces entiendo que hago, pero al reír y correr debajo de la lluvia mientras todos me miraban cual leprosa, me hizo sentir viva, más viva que nunca. Riendo sin razón alguna más que estar ahí, en ese momento, bajo esa lluvia, mirándome de afuera y sintiéndome bien adentro. Mía, libre y viva. Sin miedos, sin dudas.

martes, 20 de diciembre de 2011

FLAMES A

Uno puede reírse de su mala suerte, de sus momentos irónicamente malos, de la forma extraña y masoquista de la que nos ama Dios (si es que realmente creen en Dios). Pero tener 365 días continuos de infortunios uno detrás del otro, eso no tiene precio, no tiene lugar en el mundo cómico.
A las vísperas de un año que se iba, lo mejor para mí era escapar de mi hábitat natural, esperando que al volver todo fuera diferente. Tener fe en un verano que iba a acortarse por mi vagancia académica, a disfrutar de pocas vacaciones…pero vacaciones al fin.
Siempre tuve una especie de adicción por la gente que tiene una imagen desastrosa, obsesiva. Me gustó toda la vida jugar con los límites, mis límites. No hace falta decir, que lo límites de los demás son tentadores, sobretodo de las personas con enfermedades compulsivas. Las relaciones enfermizas me tientan, sentirme completamente perseguida…hay algo de belleza en eso, en todo eso.
Mis infortunios quizás tienen nombre pero probablemente sean, en su mayoría, mi culpa. Querer escapar no es coincidencia, es consecuencia.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Chasing Pavements.


Quizás todo esto sea un locura, quizás es la cosa más cuerda que alguna vez hice en mi vida. Pero soy demasiado libre y demasiado mía como para sentir que vivo bajo las idealizaciones de otro; soy demasiado autónoma como para vivir bajo las directivas de alguien más. Quizás, después de todo, me di cuenta que estoy viviendo acorde a otros planes, creyendo que en la vida hay tiempo para hacer todo, cuando mañana puedo morir tranquilamente sin haber sido feliz un momento... Vivir no tendría que ser así.
Me callo y respiro profundo para seguir, me guardo todo y creo que está bien. No encuentro a nadie a quien gritarle, nadie con quien llorar. Pensar en la mítica frase “el tren pasa solo una vez” y darme cuenta que mi vida es mía, mía, mía. Puedo el día de mañana, morirme de hambre, pero hacerlo feliz. Siempre repito “no le vendas tu alma al diablo” sin darme cuenta que hace mucho tiempo la vendí, la vendí para satisfacer a otros... para hacer lo que debo y no lo que quiero.

Violencia emocional, control, asfixia. Todos buscando algún lugar para ir. Yo encontré algo que nadie encuentra, me encontré.

martes, 13 de diciembre de 2011

El destino me dijo "yo te espero", y me esperó.


Soy muy orgullosa para pensar que él me salvó, o quizá le atribuí a tantos idiotas mi salvación que no quiero arruinarlo a él también. Pero me motivó a que yo me salvara un poco más, me motivo a querer ser mejor. Tarde o temprano, nos damos cuenta que eso es de lo que se trata el amor, de querer darle tu mejor versión, querer ser mejor por él; no de salvar a alguien.
Llegó en un momento en el que me odiaba, un momento en el que había mucha locura en mi cabeza. No puedo explicarlo, no quiero explicarlo. Pero llego en la cima de mi enfermedad para ayudarme a dejar de volar y poder poner los pies en la tierra. Estoy enferma, pero no lo siento, gracias a él no lo siento. Es mi anestesia.
No soy capaz de ver mis virtudes, por eso amo mis defectos y los defiendo, son los únicos que me marcan y definen como soy hoy. Él es positivo, ve magia en mí y yo no la encuentro. No soy perfecta, pero me ve perfecta. No necesito llenar espacios con palabras para que me quiera, necesito mirarlo fijo un poquito más de lo debido, y darme cuenta que esto es real.

Me quede un rato mirando por la ventanilla del taxi. Eran las 3 de la mañana y mis pies me estaban matando, jamás entendí porque me empeño en usar tacos siendo alta, pero es parte de mí. Sin quererlo, empecé a pensar en él, en cómo se dio todo. No diría que fue suerte, no diría que fue el destino. Diría que fuimos, somos, dos personas que se encontraron después de buscarse tanto. Supongo que a veces llegan esos momentos, momentos en los que cumplimos la cuota de tristeza y podemos empezar a ser felices, a sentirnos un poco más completos. Reales. Vivos.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Noches sin reproches X

- Qué haces acá?
- Te vine a buscar.
- …
- Mis viejos tuvieron un accidente.
- No me digas que te contaron de tu concepción.
- Están muertos Rebe.
Y ahí, en un minuto, la razón de mi existencia había cambiado. Todo había cambiado, el enojo se fue, el rencor. Quería abrazarlo, cuidarlo y decirle que todo estaba bien, pero quizás eso era lo que él sabía que yo iba a hacer. En el fondo, me conocía más que lo suficiente, sabía qué decir y qué hacer para tenerme a sus pies, para volver a ser su muñeca. No podía ceder, el orgullo era muy grande ésta vez.
- Bien, 2/5 … ahora anda por tus hermanitos y la herencia es completamente tuya.
- Sos una enferma, te convertiste realmente en una pelotuda.
- ¿Entonces por qué estás acá?
- Porque creí que de ese personaje nefasto que me mostrás, que construiste y que no sos vos, quedaban vestigios de esa mujer de la que me enamore.
- ¿Qué carajo boludo?, en serio, ¿qué carajo? Viniste a pedirme consuelo y consejo, o viniste a pintarme una mentira para que te tenga un poco de compasión? Perdóname pero el karma es muy poderoso.
- ¿Vos realmente pensas que te estoy mintiendo?
- ¿Vos realmente pensas que soy tan estúpida? Sos la persona más manipuladora que conocí en mi vida.
- Hija de puta.
- ¿Qué me dijiste? – Me acerque a su cara, mirándolo desafiante, furiosa.
Me tomó fuerte de la cinutra, sin temor y me dijo - Te amo – desarticulando mis sentidos, mis articulaciones, mi vida. Me besó, vaya si me besó. Lo hizo como si fuera la primera y última vez, con el corazón en la punta de su lengua, con azúcar en las comisuras de sus labios y fuego en sus ojos. Me besó y me sentí tan amada, tan endeble. Tan suya, siempre tan suya.
Después de ese beso una vorágine de sensaciones acudieron a mí, y a él, las cosas se fueron un poco de las manos, o se fueron demasiado a ellas desesperadas quitándonos la ropa. No lo sé, pero terminamos como si los últimos 5 meses nunca hubiesen sucedido, como si nada del pasado fuera real y, créanme, yo no quería que lo fuera.
- Perdón.
- No sé qué pretendes que te diga.
- Cierto... vos no crees en esas palabras paganas.
- Yo no creo en vos.
- ¿Y qué fue esto?
- Que te ame, no implica que te crea. Te amo pero no creo una sola palabra que sale de tu boca.
- Lo de mis viejos, por ejemplo?
- …
- Eso es real.
Un escalofrío bajo mi espina dorsal y me paralicé.
- Sos un sádico hijo de puta si me hiciste creer que era mentira para acostarte conmigo.
- …
- ¡¡OH POR DIOS!! SÁDICO HIJO DE RE MIL PUTA. – Parándome y agarrando las cosas.
- ¿Me vas a dejar hablar?
- Te odio hijo de puta, te odio.
- Están vivos.
- …
- …
- …
- Estás jugando con mi cabeza otra vez?
Así era él, así eran sus pequeños enfermos juegos mentales, otra vez lo mismo. No iba a cambiar.

- Te amo.
- No me vengas con esas estupideces de amor ahora. Decime la verdad.
- ¿Podes dejar de cortarme cuando hablo?
- Te amo.
- Eso ya lo escuché.
- REBECCA, CERRA EL PICO.
- Ni se te ocurra gritarme. Acá la histérica soy yo.
- CÁLLATE.
- …
- Te amo, a vos y a toda tu complejidad mental, a tu manera de sobre-analizar las cosas, a tu poder de escanearme, saber lo que pienso y estoy por decir. Te amo y te necesito en mi vida, cómo jamás pensé que iba a necesitar a alguien. Soy un cínico, sádico hijo de re mil puta, pero jamás te manipularía porque vos sos libre y así me gustas: libre, histérica y malhumorada. Mis viejos están internados, pero están bien…mañana les dan el alta. No estuve bien en mentirte, pero necesitaba saber que todavía sentías algo.
- Andáte.
- Reb..
- ANDÁTE.
- ¿Por qué?
- Por que vos me querés libre, pero con las alas cortadas; me queres idealista, pero de tus ideales; me querés mal humorada, pero con sonrisas; y yo no puedo ser dos mujeres a la vez, a penas puedo ser yo misma y quererme.
Eso es lo que vos no entendes del amor, el amor no es poseer y necesitar Galo, el amor es sentir y sufrir por mal que suene, el amor es querer que la otra persona siga adelante. Vos no queres que yo siga adelante, vos querés que fluya en la constancia y a mí la constancia no me va. No me va esto, esto de no verte en 5 meses y que vuelvas a querer adueñarte de lo poco que es mi vida y mis metas. Querés que vuelva a obsesionarme con vos, con tu piel, tu olor, tu amor. Yo vine acá buscándote a vos y me termine encontrando a mí, ya no importa nada Galo, ya no te quiero ver. Quiero encontrarme a mí, pensé que buscándote a vos iba a poder, pero vos querés que me encuentre sin perderme…y yo no estoy segura que pueda hacer eso, no estoy segura si quiera si me enamoré de vos o de mi versión de vos. No sé ni quien sos, ni quien fuiste. No sé ni quien soy, ni quien fui. Pero no quiero un adiestrador de perros en mí vida, no quiero que me adiestres…quiero que me ames en toda mi salvajez. Y no podes mi amor, no podes. No podes vivir conmigo y tampoco sin mí. Pero yo sí puedo Galo, yo sí. Es lo que voy a hacer.

En ese preciso momento me vestí y le tiré la ropa a él, miré el reloj. Eran las 5:01, estaba por llegar César. Él seguía sentado sin poder creer mi verborragia de verdades, sin poder creer que por fin le había dicho todo lo que necesitaba decirle. Podía haber sido mi primer amor, pero no tenía derecho a conquistar mi vida a lo Cristobal Colón y matar mis sueños, quebrar mis alas. No. No lo tenía y yo lo sabía. Pero jamás había tenido el coraje para decírselo.
Lo miré como una ameba, y le dije

- Mi turno terminó, mi jefe está por llegar. Te podes quedar acá sentado o te podes ir, no me importa. Esta es la última vez que nos vemos. Espero que tu vida sea buena.
- Reb.. - Lo interrumpí.
- No me digas más nada.

No tuvo ni el coraje ni las ganas de continuar con la frase. Me sentí conforme, abrí la puerta y salí a la calle, el sol estaba un poco más brillante, el aire más fresco, el mundo más amigable. Probablemente en mí estaba habitando un cúmulo de palabras que tenían día de vencimiento, día de nacimiento.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Speaking with the eyes.

Al mismo tiempo que el sol sale, la gente va a apareciendo en las calles de mi querida y sofocante Rosario. El mundo comienza a funcionar correctamente y deja los vicios de la noche.
Una mujer habla con la cajera de la estación de servicio sobre alguna mentirosa dieta mágica; un hombre toma un café mientras mira el tráfico pasar.
Los autos furiosos por la calle ni me notan, ni me quieren notar. Yo hoy, no quiero ser notada, no hasta la noche tardía que libera mi magia y me hace sentir menos extraña en mi misma.
En una esquina de la misma estación, del mismo bar, exactamente al fondo a la derecha contra una pared, hay una mujer con su libreta roja y su birome roja, escribiendo esto. Intentando dar algún sentido a media hora de existencia perdida y muchas mentiras on the rocks.
Afuera, las madres dejan niños en escuelas caras, con autos caros. Adentro, adentro mío esta la sensación de que Noviembre es el mes en el año en el que se toman todas las decisiones finales y se consolidan todos los cierres. Eso espero, eso necesito.
Anteanoche me deje ser, hablé de mí siendo yo, hablé de él y cómo marco trascendencia en mi vida. Hablé de todo y me volví a sentir bien, como en los viejos tiempos cuando realmente importaba (cuando realmente le importaba).
A pesar de ser otra persona, comienzo a creer que no es tan imposible sentir lo mismo de nuevo, sentirme bien, no tener miedo y en caso contrario, superarlo. Esforzarme cada día por ser más yo misma, por quererme. Eso fue todo lo que deje de hacer, lo que perdí.
Los primeros amores no se olvidan, pero yo no te quiero olvidar ni menos, yo quiero dejar de escribir de vos, superarte.

La gente sale a la calle a luchar sus batallas, alguien muere en algún rincón y vuelve a renacer.
Hay gente que dejé atrás como arte de magia, sin razón. Otros que no puedo olvidar. Hay personas que abandoné porque ya no me necesitaban, pero en su mayoría, porque yo ya no las necesitaba. Así de honesto, así de real, así de hiriente. Me han abandonaron y abandonaré, es la ley de la vida.
Los guerreros se levantan todas las mañanas y viven, los cobardes se visten de excusas. Yo, escribo. Ése es mi escudo incorruptible, mi espada letal, mi fuerte.

El sol oxida los ojos de la ciudad, los desgasta generando ceguera, cambiando su moral, sus valores. Innovando. El sol oxida los ojos de la ciudad y me herrumbra a mí que estoy estática en el piso y no me puedo mover. No tengo suficientes fuerzas como para debatirme entre caminar al futuro, seguir estática en el presente o regresar a mí amado pasado… melancólico y ahogado.
11/11/11


El futuro atrae por la ansiedad del qué será y el pasado es tan hermoso que nos atrapa con la misma emoción que cuando lo vivimos.
Quizás sea hora de sentir el presente, hora de sentir y ver qué tal nos va.
08/12/11

lunes, 5 de diciembre de 2011

Clueless


Hoy me siento un poquito vacía, pero no mal.
Quizás sentirse vacía es una buena señal,
Señal de que perdiste un poquito de vos,
Para dárselo a alguien más.

Quizás querer es más que coincidir.
Tal vez, lo importante de querer, es ceder.
Confiar.

Quizás todo no es tan trágico,
Ni tan depresivo.
Quizás lo quiero.
No. Quizás no, lo quiero.

Me gusta mirarlo y ver pureza en sus ojos.
Sonreírle y sentirme bien.
Me gusta que sea exactamente de mi misma altura,
Tener manos más grande que las suyas.
Qué me mire y me ponga en mute.
Qué me abrace y lo disfrute.

Me gusta que me quiera y a mí, me gusta quererlo.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Roto y descocido.


Seguís siendo un enfermo.
Y yo estoy un poco enferma también.
Gracias a vos.

Estoy un poco sola en mí soledad.
Vení a acompañarme. Vení.
Solo un enfermo cura a otro enfermo.

Quiero todo, en velocidad.
Pero no puedo tenerte.
No quiero tenerte.
Porque no me gusta no poder.
Poder.

Enredarme en tu plástico y fundirme.
Desaparecer.
Vivir siempre tuya y mía.
Disuelta los dos, en mí.

Estoy enferma.
Vení a curarme. Vení.
Solo un solitario puede acompañar a otro solitario.

No me quieras.
No me hace bien.

Nadie correrá a salvarme.
Ya no siento las palabras que te digo.
Ya no siento las palabras que te decía.
Ya no siento paz.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Amanece, y se nos acaba la vida.


Me di cuenta que las letras eran lo mío, cuando en 6to grado le redacte la solución a un problema matemático al profesor, en vez de escribírsela con números.

Encontrá tu pasión.
No hay nada que te haga más feliz.
Viví por algo.
No vivas por nada.
Viví.

jueves, 1 de diciembre de 2011

One and Only.


Apoyo mi frente en su mejilla y me siento tranquila.
Toma mi mano y le da un beso.
Suspiro sin que se dé cuenta.
No quiero necesitarlo.
Sentirme vulnerable.
Pero acá estoy yo, acá esta a él.
Y lo quiero, vaya si lo quiero.

Pisar tantas minas.
Reventar tantas veces.
Valió la pena.

Juntar los pedazos de nuevo.
Seguir caminando.
Valió la pena.

Porque todo lo que una vez imaginé,
está acá, junto a mí.
Hoy.

Gracias.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Noches sin reproches IX

Pensé que mudarme, que cambiar de aires, podía mejorar algo en mí, llenar el vacío que siempre tengo, darme una razón para seguir viva. Aún así, voy caminando por las calles de Buenos Aires y no puedo evitar sentirme como siempre me sentí toda la vida: vacía, nunca suficiente.
Jamás todo lo que tenía fue bastante para hacerme feliz. Siempre me sentí acosada por esa sensación de sentir todo el tiempo la guillotina en el cuello por no cumplir con las expectativas, esa mentira de convertir las expectativas de los otros en las tuyas. De mentirme, porque no puedo evitar tener dentro mío el chip de complacer. Creo que en cierta medida a todos nos pasa, algunos maduran y dejan estas sensaciones atrás. Yo no puedo, forma parte de mí aunque ya no quiera, aunque me haga mal.

Después de esa semana metafísica que tuve, los meses siguieron corriendo como si nada importara. En la facultad me seguía yendo mal pero bien, intentando salvar materias suicidas en últimos momentos y recibiendo felicitaciones de parte de mis profesores por mis historias.
A pesar de eso, no podía evitar ver en sus miradas decepción, sentía sobre mí sus miradas de acero y sus mentes pensando “si te esforzaras más, serías brillante”. Siempre lo sentí, pero el asunto es que yo no quiero esforzarme, no me interesa. Prefiero vivir la vida lo más que pueda, que tener una nota más alta. Es decir, ¿de qué sirve ser un alumno 10 si toda tu juventud la pasaste entre libros?, de qué sirve si no vivís nada?

Y en mi teoría había un pequeño charco, una falencia, un error. Porque lo que menos estaba haciendo en ese momento, era vivir mi vida.

No amaba, no sonreía, no sentía. Me sentaba en mi sillón a mirar el cielo y compadecerme por mi vida. Me sentaba ante la vida, pero no hacía nada por ella. Angustiantemente estática, y no había nada que me movilizara a cambiar. Nada.
Exactamente 3 meses después de nuestro primer encuentro (y en mi peor momento depresivo), suena el cascabel de la puerta de la librería, a las 8 menos 5 de la noche.

Era él de nuevo.
Llorando.
Rogando.
Vulnerable.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Me haces bien.

Rosario se estuvo iluminando un poco los últimos días, el verano esta casi en puerta y casi en mi corazón. Los días son un poco más largos, mucho más hermosos y mi humor va rondando entre excelente a muy bueno diariamente.
La gente ya no me provoca tanto odio, de hecho ya ni me importan. Camino por la calle mirando el cielo tanto de día como de noche. Me encanta hacer eso, sentir que no solo me preocupo por lo que hay en la tierra, sino que miro más allá. Outside the box. Siento que soy capaz de ver lo superficial, pero también un poco más allá, un poco más adentro. Locuras mías.



Después de un tiempo, después de analizarme con música depresiva y mucho humor, me dí cuenta que "Rosario" es más que una ciudad, es mí estado de ánimo, es mí interior en muchas maneras. Caí en la conclusión que uno es muchas veces como ve a las cosas genéricas, en mí caso, una ciudad, mí ciudad. Rosario comenzó a revivir, porque yo comencé a revivir.

Noches sin reproches VIII

La semana continuó con su monotonía rutinaria. Si por un momento pensé que Ana volvería por la librería, me equivoqué, no lo hizo. Ni esa semana, ni la siguiente, ni nunca.
Mentiría si no dijera que me sentí un poco abandonada y bastante vulnerable, jamás había confiado en nada ni nadie, y ella en menos de 15 minutos había impugnado su presencia en mí más que nadie más. Quizás el hecho de confiar no solo reside en nosotros, sino en la lectura que realiza la otra persona de vos, a veces no hace falta hablar, simplemente observar.
De a poco, quise ir olvidándome de ella, pero su tan descifrable frase (sarcasmo ON), no me dejaba. Buenos Aires era la ciudad, la selva…el destino, Dios, o como se me ocurra llamarle a la fuerza qué esta por arriba, debía hacer que la cruzara, que encontrara mi respuesta, al menos por una vez en la vida.

Siempre fui un poco cabrona e intente arruinar la mayoría de mis relaciones. De buscar defectos soy experta, esos defectos son cosas que mis anteriores novios no pudieron jamás aceptar.
El silencio es algo tan hermoso, algo tan primordial en una relación de dos. Atesoro a la soledad tanto como al silencio, pero no, ellos tenían que llenar espacios con frases como “Qué lindo esta el día, ¿no?”, a lo que mi cabeza cínica solo podía responder “si amor, ambos nos dimos cuenta, ahora cállate”. Sí, y aún con esas respuestas las relaciones seguían un par de semanas más, más que estúpidos eran héroes (Pero en mi defensa, ellos sabían donde se metían).
Ustedes díganme, si dos personas no pueden estar armónicamente en silencio, tranquila ¿de qué sirve?, ¿de qué sirve estar llenando espacios incómodos? Siempre tuve el ideal, que el silencio entre dos personas que se corresponden no es más que algo hermoso, y nunca incómodo. Con ellos era el infierno, con Ana, no.

¿Qué me estaba pasando?

viernes, 25 de noviembre de 2011

25 de Noviembre, Día Mundial Contra la Violencia de Género.


La violencia de género es el tipo de violencia física o psicológica ejercida contra cualquier mujer por el mero hecho de serlo, teniendo ésta distintas manifestaciones. Sin embargo, debido a la amplitud que abarcan las distintas formas de violencia y a que no todos los estudios se enfocan en las definiciones, identidades y relaciones de género, no toda la violencia contra la mujer puede identificarse como violencia de género, ya que por definición, el término hace referencia a aquel tipo de violencia que socava sus raíces en las relaciones y definiciones de género dominantes existentes en una sociedad, por lo que es habitual que exista cierta confusión al respecto.
En este contexto, una de las definiciones más aceptadas es la aprobada en diciembre de 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, y que indica que este tipo de violencia se refiere a:

«(...) todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada»
(Asamblea General de la ONU. Resolución 48/104, 20 de diciembre de 1993).

La violencia de género por lo tanto:

«(...) agrupa todas las formas de violencia que se ejercen por parte del hombre sobre la mujer en función de su rol de género: violencia sexual, tráfico de mujeres, explotación sexual, mutilación genital, etc. independientemente del tipo de relaciones interpersonales que mantengan agresor y víctima, que pueden ser de tipo sentimental, laboral, familiar, o inexistentes»
(de Celis, 2011, p. 95).

Ésta es desgraciadamente una realidad que viven día a día cientos de mujeres, no solo por medio de golpes, sino también por medio de insultos y humillación, todo tan solo por ser considerado el "sexo más débil".
Hombres, sean hombres y traten a las mujeres como mujeres.
Mujeres, no toleren ser golpeadas por amor, eso no es amor.
Nadie merece ser tratado así.

Lo mío es maquillaje, lo de ellas es realidad.
Hombre que pega, no es hombre.
Basta de violencia de género.

jueves, 24 de noviembre de 2011

martes, 22 de noviembre de 2011

Noches sin reproches VII

Me costó un poco de tiempo determinar cuál era el fin, el propósito de mi vida. Siempre fui de cuestionarme todo, absolutamente todo. Mi vida, mis sentimientos, mis amigos, mis reacciones. Mucha gente me grito, con razón, que pensaba demasiado todo. Siempre me pregunté si realmente eso estaba mal. No sería capaz de tolerar jamás en la vida no cuestionarme nada, no pensar nada, no sentir. ¿Cómo hacen?, ¿Van contentos por la vida sin preocupaciones, sin dudas, sin temores, sin...esencia?
Quizás yo llevo las cosas a sus extremos, sé que jamás tengo punto medio. Pero en alguien no puede haber ausencia de motivación, ausencia de esencia. No soportaría la idea de un ser humano en la tierra desperdiciando su existencia en vicios sin fin (naturalmente tenía que haber nacido idealista y romántica – entiéndase de la corriente, no la cursilería).

Luego de aquella frase encriptada que Ana me dijo al marcharse, no pude evitar pensar en su significado en el camino de vuelta a casa.
De noche, la ciudad se vuelve un mundo salvaje, en todos sus significados posibles. La gente que teme a la luz, a los ojos juzgadores, los excluidos sociales salen a cazar un poco de luz de luna, sale a vivir, a respirar aquel aire tóxico que necesitan, su oxígeno contaminado de vanidad y poder. Los subtes se vuelven un poco más solitarios que a hora pico, y como siempre me detengo a observar las caras de todos, las caras de nadie, buscando la próxima Ana, buscando una historia para escribir al llegar a casa. Buscando algo más.
La ciudad es un zoológico, y los subtes son pequeñas sucursales de él. A mi derecha, había una pequeña pareja de ancianos, abrazados. Ella apoyaba la cabeza en el mentón de él, él se ocupaba de sostenerla lo más que pudiera en sus brazos. Respiraban al mismo ritmo, al mismo compás. Había tanta belleza en esa imagen, todavía los recuerdo, había amor, había amor en el medio de la toxicidad visceral. Quise ser ella por un minuto, sin importar que me quedaran menos de 10 años de vida, porque en el fondo de mí sabía que si estuviese en sus zapatos ortopédicos número 37 y al lado de ese hombre que la protegía como si fuese el tesoro más preciado del universo, iba a ser más feliz que lo que era en mis ya, 22 años de existencia.
Me quede absorta en un punto fijo, mirando al piso, como si nada de lo que pasaba alrededor mío importara. Me quede pensante, buscando respuestas, descifrando palabras.

“Por ser vos…” ¿A qué se refería “por ser yo”?, jamás nadie me había agradecido por ser así, nunca me sentí especial, única. Quizás en mis viejos días en Rosario me sentía un sapo de otro pozo, pero eso no es ser especial, es ver a la gente en la calle y pensar “yo no pertenezco acá, yo soy parte de algo más grande” (sin trasfondos religiosos, claramente, Dios jamás me sirvió de ayuda).
Me acuerdo que dijo un par de palabras para sí misma, en voz baja e inentendible. Juro que quise escucharlas, pero tantos años de auriculares a volumen 30 perjudicaron bastante mi capacidad auditiva, disminuyéndola notoriamente. No había forma.
Después de decirme aquello, dio media vuelta y se fue. Lo que dio una tonada más bizarra a la situación.

Llegue a mi edificio, me equivoque en el orden de las llaves como siempre. Al entrar prendí la luz y ahí estaba mi paraíso. El departamento no era muy grande, o quizás sí para una sola persona. Me gustaba demasiado vivir sola, se sentía bien. Siempre supe llevarme de maravillas con la soledad, sino pregúntenles a mis ex-novios, que estaban más celosos de ella que de todos mis amigos varones.
Hoy iba a pensar toda la noche, iba a volver a buscar significados y hacer el amor con la soledad.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Noches sin reproches VI

Siempre tuve una especie de conflicto conmigo misma. Una especie no, siempre tuve un conflicto conmigo misma. Tengo asuntos no resueltos, traumas y emociones reprimidos…pero de alguna forma parece que ese combo de cosas en mí encuentran una neutralidad. Es por eso que escribo, estoy segura.
Jamás me gusto darle opiniones sobre las cosas a la gente, nunca me sentí en esa posición de, por un lado, experiencia y, por el otro, sabiduría. Uno le pide consejos a otra persona porque ve en ella un referente. Yo no quiero que nadie me mire como referente, no está bien, no es correcto, es retorcido e impersonal. Cada uno debería ser su propio referente. Yo no. Yo no. Que algún Dios me libere de esa maldición.
Algo parecido me pasa con los consejos, los consejos son mensajes que uno le transmite a alguien con la esperanza de dejar una enseñanza, con la esperanza de influenciar una opinión que indirectamente se dirija a nuestro concepto de lo que está bien y lo que está mal. Que siga nuestros parámetros, no los del otro. Son mensajes que uno da por haber vivido esas mismas situaciones o quizás por tener una moral muy determinada. Son mensajes, que pueden ser recibidos o no. Mensajes pedidos y que no puedo evitar dar. Irónico.
Soy buena consejera. Será porque sé que decir, sé cómo actuar. Será porque la frase “haz lo que digo, pero no lo que hago” se aplica demasiado bien para mí, perfect fit. Porque cometí demasiados errores en mi corta vida, porque viví situaciones no-aplicables a mí edad, porque tengo un poco de lo que algunos llamarían “calle” pero a mí me gusta decirle “dolor”, “realidad”. Y sin embargo, hay gente que cuestiona si tengo tales condiciones, si solo finjo el dolor y la experiencia. A ellos me gustaría decirles: vengan y vivan mi vida.

Miré el reloj, eran las 8 en punto y “Ana” seguía ahí, tocando los libros con la mano, sintiendo el olor y la textura de sus tapas, haciendo lo que yo hago todas las tardes a penas entro. Viviendo las hojas. Aunque no los haya leído a todos, disfrutaba de su compañía. Es una sensación sublime.

Suspiró y miró su reloj.

- Ya deberías cerrar, ¿no?
- A las 8 cierra el local, a las 8:01 abre el consultorio sentimental

Las dos nos reímos fuerte y con un aire nostálgico. Ella estaba buscando ahí lo que yo busque toda mi vida y que solo me pudo dar una persona. Estaba buscando un oído y una copa de vino blanco.

- Un día duro eh?
- Todos mis días son duros – “¿Así de emo sonaré yo?” me pregunté -
- Ese es el punto – atiné a decirle
- Perdón?
- No me disculpes el atrevimiento, es que siempre pensé que si uno siente que la está pasando mal, tiene que tener en cuenta que hay alguien que la esta pasando 10 veces peor. Vos estás en tu cama llorando, pero otra persona está en la calle llorando. Sin nada.
- Entiendo, sos de las positivas.
- Dios me libre de tal augurio.
- Entonces?
- A veces se me da por vivir y pensar fuera de mi burbuja. Al dejar de mirar el propio ombligo, se pueden ver y entender cosas maravillosas.

Se quedo un rato pensando, yo mientras decidí a terminar de contar la caja y ordenar todo. Supuse que se iría cuando yo lo hiciera.
Cuando terminé de hacer mis deberes, procuré que se notara evidente el ruido de las llaves y mi brusco movimiento para agarrar el bolso. Entendió lo que significaba y enfilo su esbelto cuerpo hacia la puerta. Era alta, no más que yo, pero era alta.
Abrí la puerta y salimos ambas, cerre las cuatro mil cerraduras que César se encargó de ponerle al pequeño negocio en la calle “Cucha-Cucha” de Caballito. Siempre pensé que era mucho más útil una persiana común y corriente. César era excéntrico, era glorioso.

- Fue un gusto poder compartir un poco de silencio con vos. – Le dije
Me miró y puso los ojos en otro mundo. Quede incómodamente quieta, entre una mujer que aparentemente se había abstraído hacia su propio mundo y entre el frente de un local con cuatro mil cerraduras, cerrado (valga la redundancia). Quería marcharme con demasiadas ansias. Escapar a mí pequeño departamento en Capital. Esfumarme.

De repente, de la nada, me miro fijo. Respiro profundo y abrió su boca dejando salir una brusca acusación.

- Vos estabas hoy en el subte – La miré sorprendida. Se había dado cuenta de mí identidad. Un poco de miedo mezclado con vergüenza me colmó el alma, no sabía ni que decir, ni que hacer. Había estado fingiendo no conocer su situación todo el tiempo, le había mentido sin si quiera quererlo. “Busted Rebecca, busted” decía la molesta vocecita en mi cabeza similar a la de María Callas. Destructoramente bella, como todo en mi interior.
- Sí – respondí.
- Y sin embargo no dijiste nada...
- Bueno, es que…ehm..
- Gracias.
- ¿Qué? – No era ciertamente la reacción que esperaba.
- Gracias.
- Sí, sí. Eso lo escuché. Pero ¿por qué?
- Por ser vos...

Todo esto lo entendería un par de horas después.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Merecido respeto


"Mi única ambición es llegar a escribir un día más o menos bien, más o menos mal, pero como una mujer"

Victoria Ocampo.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Noches sin reproches V

Seguí pensando en esa mujer y en esos ojos por el resto del día. Llegué 3.30 en punto a la librería, entrando bajo la frase “César, ni un minuto más, ni un minuto menos”. Sonrío y me dijo “tu picardía te salva”. Suspiré, atención al cliente era lo mío hoy.
Entraron un par de adolescentes buscando libros huecos y sin sentido. Me tranquilicé y las asesoré lo más objetivamente posible, es imposible influenciarlas cuando es un capricho. Entró una mujer de mi edad, unos 22 años. Me contó que escribía y le gustaba mucho leer Agatha Christie, sentí por un minuto que estaba hablando con otra versión mía, buscaba clásicos, coincidencia número 3, o un millón más o menos. Le recomendé “Amor en tiempos de cólera” de Gabriel García Márquez. Nadie puede vivir sin haber leído esa novela. Sin haber sentido esa novela.
Por un tiempo nadie entro al local, César me dejo las llaves y me dijo que se iba a hacer algunas diligencias, qué cerrara yo. Raramente se me paso la tarde sin pensarlo, quede rodeada del olor a libros nuevos, en soledad y un perfecto silencio. Ideal.
A 5 minutos de cumplirse la hora para contar la caja y demás…entra una mujer, no preste atención, muchas veces he entrado a librerías sin que si quiera notaran que estaba allí o solo para mirar en el último minuto de vuelta a casa, pensé que era por ese mismo motivo por el cual aquella desconocida me visitaba.
- Hola. – Escucho de fondo.
- Buenas Noches, ¿Necesitas algo?.
- Un consejo – y ahí levanté mi mirada sorprendida
- Si es al respecto de algún autor, encantada. Si es al respecto de la vida, no me hago responsable.
Las dos reímos.
Se quedo dando vueltas otros segundos por el local, y decidí mirarla con detenimiento. Me sonaba familiar sus ojos dorados y su pelo castaño. Era bella, y no hablo en sentido lésbico, puro sentido crítico, objetivo. Me detuve a mirar su ropa, siempre creí que la manera de vestir de las personas reflejaba su personalidad. Ahora bien, si me vieran a mí llena de colores por fuera y tan oscura por dentro se sentirían un poco desorbitados por la falta de concordancia. No era ni muy alta, ni muy baja. Estatura normal. Cuerpo normal. Pero sobre ella habitaba un aura de inquietud, deseo, esperanza y desesperanza al mismo tiempo. Suspiraba demasiado, más de lo normal, más que yo (y eso era decir mucho, muchísimo).
Su ropa me sonaba familiar, hasta que tuve una epifanía. Quizás, y solamente quizás, después de todo lo que estuvo esa mujer en mi cabeza, era un poco extraño que no la reconociera. De repente comencé a reírme silenciosamente. Sí, efectivamente era ella: la mujer del subte con tapizado de cabarute, la mujer de hoy a la tarde, la mujer de las lágrimas.
Mi cabeza se lleno de confusión, ¿era realmente posible que en una ciudad de 3 millones de habitantes, la misma mujer que me produjo desolación y pena se encontrara en la misma librería en la que trabajo, pidiéndome el consejo que yo quería darle incesantemente en el subte? No era solamente posible, sino que estaba sucediendo.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Noches sin reproches IV


Abro las canillas, la presión sale más fuerte de aquella con agua caliente, que la de agua fría. Rio por fijarme en esos detalles. Las cierro, me sumerjo en la bañera, apoyo mi cabeza en un costado y miro el techo. Me dormito entre la espuma y pienso que feliz sería el mundo, a veces, sin mí.
Después de 15 minutos empiezo a jugar con los grifos, los abro y cierro con el dedo gordo del pie. Soy demasiado alta para esa bañera, siempre lo supe y me acostumbré.
Salgo y me miro al espejo desnuda. Casi nunca tengo el valor de hacerlo y, aunque hay algo poético en mi piel, me odio a mí y a mis restantes 15 kilos. Siempre lo supe, solo lo disimulo. Sin embargo él estaba allí en la puerta de la librería, siendo capaz de amarme a mí y a mi exceso de carne, de piel, de desfachatez. Aún así no podía quererlo, creí demasiado tiempo en los finales felices y ahora sé que no existen.
Salgo del baño y voy hacia me habitación, todo seguía igual…un poco más empolvado, un poco más brillante. El sol estaba en su punto culmine, el reloj marcaba las 2.35pm, tenía tiempo de vivir un poco aún, pero no me decidía qué hacer. Aún así nada importaba, yo seguía muriendo junto al pasar de los segundos, mis células perdían fuerza y morían con rapidez inigualable. Siempre me asombró la idea de morir ante los ojos de todos y que ellos solo piensen que morir, es un momento.
Elijo con suma precisión la ropa, intento no repetir, no mezclar y arriesgarme a lo nuevo. Intento ponerme todas las propagandas positivas encima y salir con mi mejor cara de felicidad, como si hace dos minutos atrás no me estuviese muriendo de angustia entre las cuatro paredes de mi departamento en Capital. Salgo y la gente esta corriendo hacia el deber, qué asco me dan...soy tan parte de ellos y tan distinta a la vez.
Miro el reloj y me doy cuenta que estoy por llegar tarde a la librería, no quiero llegar tarde de nuevo. César me va a mirar con sus ojos de regaño y me mandará a la caja, a mí me gusta estar con la gente y ver sus ojos, descifrar sus gustos, sus pasiones. Cobrar es para gente común. Yo quiero inspirar.
Me tomo el subte, siento el olor a electricidad. Llega, se abren las puertas y la gente corre como si tuviesen un cronometro en la nuca, quizás yo también debería actuar así...pero no podría disfrutar de ver sus caras, mi cara. Son solo dos paradas, y tendré que dejar de ser yo para ser mi versión para ellos. Me siento en aquellas butacas forradas con un tapizado de semi-gamuza azul. Me parecen bastante de cabarute, pero me siento. Comienzo a mirar a la gente a mi al rededor, tienen todas mirandas cansadas, preocupadas. Me pregunto como me veré yo al lado de ellos, como me verán, si estoy igual, si estoy mejor. Veo una mujer sentada a mi derecha, mira al vacío y lágrimas brotan incesantemente recorriendo sus mejillas. Intenta disimularlas, he estado ahí, sé lo que se siente. Es imposible. No puedo evitar querer estar en esa cabeza, saber qué es lo que pasa.. y escribir sobre ello. Pero no puedo, soy una pasajera más y estoy por bajarme. Ella sigue ahí sentada, sola, sin tener una solución a su brote emocional. Llega mi parada, la gente se levanta y la pierdo de vista. Subo hacia la superficie. Sigo pensando en ella, en mi trabajo, en inspirar, en escribir, en llegar a horario.

martes, 15 de noviembre de 2011

Noches sin reproches III

Suena la alarma del reloj, ese misterioso y frenético gallo que me asusta al levantarme pero que elegí por no tener más remedio. Me siento en la cama, toco mis ojos, los abro, los cierro...bostezo para que los lentes de contacto se humedezcan y pueda ver más rápido, jamás me los saco y sé que está mal, muy mal.
Me levanto, bostezo de nuevo, me estiro. Voy al espejo y recuerdo la noche, el día anterior. Él entrando en la librería, buscándome, necesitándome como yo siempre lo necesite. Yo, fría, escéptica, distante. ¿Qué había hecho conmigo?.
Esta vasta y molesta Buenos Aires me recuerda que hay un mundo ahí afuera, abro las cortinas y ahí está, gris, sedienta de vida. No desayuno, abro la cajita de mentas yanquis que tanto me gustan para sacarme el gusto a mañana y me siento en la computadora. Visito el diario, facebook y demás yerbas. Empiezo a escribir, a divagar hasta que se hace la hora de estudiar un poco. Abro los libros, estudiar dos carreras es un reto, pero simplemente nunca pude diferenciar si quería ser periodista o tener una licenciatura en letras, después de todo, es todo lo mismo: letras, mi fuerte.
Antes de si quiera leer un hoja miro de reojo la batería, pienso ¿por qué no?, miro el reloj… ya eran pasada las 10, el consorcio no me podía decir nada. Aún así desisto, me doy cuenta que las ganas son por falta de voluntad de estudiar…como siempre.
Leo un par de hojas, entiendo, escribo, termino. Me acuesto boca arriba entre las sábanas blancas, mamá siempre ponía sábanas blancas en casa, y siempre me gustaron tanto. Suspiro en mi pijamas improvisado, pienso. Mudarme de mi pequeña ciudad en el interior a la gran ciudad era mi sueño, ahora Buenos Aires me da demasiadas ganas de morir, me siento paradójicamente muerta. Lo viví buscando a él y una vez que me encontró, me escapé. Nunca voy a poder entender qué es lo que hace esta ciudad a mí cabeza.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Noches sin reproches II

Fue la primera vez que lo miré y no le pertenecí.
Renacieron sus ojos miel entre la gente, me miro y no le pertenecí.
Intento poseerme con sus ojos, consumirme como siempre lo ha hecho.
Pero no le pertenecí, me atrevo a creer que quizás nunca le pertenecí,
que quizás fue todo un mal sueño, una aventura masoquista

Se acerco con su majestuosa reconocible belleza,
Dejándome sin aire como siempre, pero sin robarme
Me miro fijo, como si esperara algo de mí,
la reacción obvia que no iba a volver a suceder
Lo mire con el rabillo del ojo, con desprecio, con memoria

- Hola, ¿cómo andás? - Me susurró al oído
Tenía una mezcla de sentimientos adentro, me había encontrado en la ciudad en la que nadie se encuentra a sí mismo, y yo debía responderle porque me había escapado aquella noche. Porque lo use para cerrar las heridas de su autoría
- Bien, ¿qué necesitas? – Después de haber podido amarlo yo estaba alejándome de él, quizás siempre hice lo mismo, siempre después de recibir amor me cerré y lo alejé porque sabía donde terminaba la historia, porque sabía que palabras iban a salir de sus labios, porque no me hace falta imaginación para darme cuenta.
- Pensaba que podíamos hablar, te estuve buscando.
- Yo también me estoy buscando, pero raramente me encuentro ¿sabes?
- Solías decir que cuando estabas conmigo te encontrabas
- Sí, también solía decir que te amaba

Fue un golpe bajo, siempre supe como alejar a alguien, es la parte más fácil, ¿para qué dejarlos entrar, si eventualmente todos se van a marchar? Se quedo tieso mirándome, mi soberbia me gano de mano y solté un prepotente - ¿Qué? – Sacudio la cabeza, como queriendo despejarla, me miro y me dijo:
– Tenías razón, no sos la misma.
- La gente nunca es la misma.
- Pero vos eras tan diferente, tan..
- Tan tuya?
- Tan íntegra.
- No me vengas con ese tipo de boludeces sentimentalistas y espirituales, me haces acordar a mí.
- Ya no tenés esperanza?
- Ya no tengo corazón.
- ¿por qué?
- Es más fácil así.
- No sabía que eras fan del facilísimo
- Y yo que vos fueras psicólogo.
- Quizás deberías conseguirte uno.
- No reflejes en mí tus necesidades.
- Bueno, me voy.
- Ya conoces el camino hacia la puerta.
- ¿No me vas a decir nada?
- ¿Te tengo que aplaudir mientras te vas?
- Baja de la nube, por ahí alguna vez entiendas algo de la vida.
- Baja vos, yo ya me caí hace rato.
- No entendes nada.
- Vos.

Y cerró estrepitosamente la puerta con un estruendo de fondo. Sentí por primera vez que no estaba enajenada ni a él ni a su enojo, era tan fácil hacerlo enojar, hacer que se marchara, que me odiara.. Nunca me había dado cuenta lo mucho que lo conocía sin saberlo.

domingo, 13 de noviembre de 2011

guess she gave you things, I didn't give to you

Siempre tengo algo para decir, pero hoy tengo tantas cosas para decir, tanto para escribir y tan poco tiempo para hacerlo. Las obligaciones académicas me llaman y el reloj no retrasa las agujas para darme un par de horas de ocio. Aún así no puede hacer caso omiso al vicio, pero no puedo dar todo lo que quiero, decir todo lo que tengo adentro.
Las emociones luchan por saber cual esta primero; el tedio, la angustia y el cansancio van luchando la punta de esta carrera emocional y los buenos tiempos se desvanecen un poquito por las noches para darme tiempo de fundirme un 15 minutos de lagrimas bastardas que nutren mi mundo.
Tengo contaminación mental a causa de la contaminación visual. Algún día entenderán (aunque espero que no).
Las frenéticas calles de tu ciudad, me dieron ganas de vivir mi vida de una forma tal, en la que ya no te recuerde en cada paso que doy.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Noches sin reproches

Termino el viaje, termino la ilusión. Se despierta y entre las sábanas busca la dignidad que él alguna vez le quito por traicionarla. Lo ve dormido, a su costado y piensa “listo”. Es cómico como uno no puede seguir con su vida sin cumplir ciertos cometidos, sin tildar ciertas casillas.
Se levanta, la cabeza le da vueltas. Su obsesión por las bebidas blancas le trae consecuencias. Se pone una camisa que esta tirada en el piso, agarra su bolso y su ropa. Se dirige al baño.
Blanco y amplio, luminoso. Era un día soleado, esos que indican el nuevo comienzo de algo, el fin de lo malo. Esa clase de día después de una tormenta. Simple.
Se mira al espejo, se arma otra vez. Se reconstruye la desfachatez y deja de lado el amor, a ella no le sirve, le provoca lucidez. Hoy no quiere sentir.
Abre la puerta del baño, allí esta él en la cama, durmiendo, tranquilo, inconsciente de la consiente verdad, libre, tan suyo y queriendo ser tan de ella, tan rechazado.
No se trataba de amor esta vez. Era venganza mezclada con anhelo. Pero nunca amor, era imposible que fuera amor. Ella no sentía esas insensatas reacciones.

Abre la puerta silenciosamente y se marcha al ruido de la sucia ciudad. Deja, finalmente, el pasado atrás cerrando todas las puertas para que no se pueda filtrar. Sella viejas emociones, anula puertos débiles y sonríe. Ahora él sufrirá su calvario.

C'est fini.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Lean atentos.



Nos hicieron creer que el “gran amor”, sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. No nos contaron que el amor no es accionado, ni llega en un momento determinado. Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta. Las personas crecen a través de la gente. Si estamos en buena compañía es más agradable. Nos hicieron creer en una fórmula llamada "dos en uno": dos personas pensando igual, actuando igual... que era eso lo que funcionaba! No nos contaron que eso tiene un nombre: anulación. Que sólo siendo individuos con personalidad propia podremos tener una relación saludable. Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio y que los deseos fuera de término deben ser reprimidos. Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados. Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad. No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes, y que podemos intentar otras alternativas. Ah, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto: cada uno lo va a tener que descubrir solito. Y entonces, cuando estés “enamorado de ti mismo" podrás ser feliz y te enamorarás de alguien. Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor aunque la violencia se practica a plena luz del día".



John Lennon.

martes, 8 de noviembre de 2011

STOP.

Esta bueno olvidar, esta bueno poder mirar a los ojos de alguien y sentir aprecio, no obsesión ni odio por situaciones pasadas.
Cuentas las hojas de un libro con manchas de café, que tarde o temprano la gente madura. Crece. Entiende. Cuentan por ahí, que la gente necesita un poco más de perspectiva para entender qué hizo mal, o que no.
Toda mi vida me jacté de ser testaruda, obtusa, rencorosa. Llevaba esos caracteres de mí como un estandarte, intentando marcar la diferencia…como si alguno de ellos alguna vez me haya traído felicidad.
De a poco comencé a darme cuenta que realmente era eso lo que me intoxicaba. No, no te puedo decir que lo voy a dejar de hacer, pero sí que no voy a dejar que me afecte tanto como antes.
Parte de crecer, cuenta el mismo libro, que trata sobre diferenciar cuales son las cosas que valen y cuales las que no. Siempre suele ser fácil de decir, pero muy poco fácil de hacer. De a poco, en mis cortos años, he desarrollado una técnica, que todavía está en su fase experimental: si los buenos recuerdos de esa relación, son más fuertes y pesados que los malos, vale la pena; si no, vida nueva. Veremos cómo me va.
Perdonar en una sociedad que mucho destruye y poco construye es bastante difícil. El perdón para mí es difícil. No cambia nada. Le quita culpas al otro, pero a mí no me cierra las heridas. Las deja igual de abiertas, igual de suicidas. Por eso siempre necesito tiempo.
Se me vienen recuerdos a la cabeza de una versión más distinta de mí, más joven, más espontanea e inimputable. Una versión de mí que odiaba darle tiempo al tiempo, odiaba dejar las cosas fluir y quería todo ya. Aquellas versiones de nosotros que nos caracterizan en nuestra adolescencia, y aunque no estoy tan lejos de ella, parece como si todas esas vivencias hubiesen ocurrido hace años atrás. Me siento realmente vieja en un cuerpo joven. Viví un par de meses rápidos. Mucho, en poco tiempo.

¡Quién te ha visto y quién te ve! Diría alguna anciana memoriosa.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Palco Vip.


Días que sucumben el paso del tiempo.
Días que marcan destinos.
Se sienten aires de cambios, aires radioactivos.

Su mirada de titanio.
Enmarcada en su sonrisa, mona lisa.
Triste-feliz.
Secretamente encirptada. Sin traducción.

Me gusta mirarla desde la cama.
Hermosa, sencilla, disfrutando la tranquilidad de la música.
Me gusta sentir tu olor a avellana, mezclado con gotas de jazmín.
Rodeando mis sábanas

No se deja mirar, no se deja querer.
Prefiere la oscuridad. Jamás ceder.
Su piel dorada parece un espejo, refleja lo que quieres ver.

“A buen entendedor, pocas palabras” me dice y se va.
Se marcha de mi vida y no la puedo encontrar.
Está perdida en la ciudad.
En el mundo gris de esta Buenos Aires que no la deja en paz.

Su mirada de titanio.
Enmarcada en su sonrisa, mona lisa.
Triste-feliz.
Secretamente encirptada. Sin traducción.
Se marcha de aquí, se queda en mí.
Y no me deja ir.

Ella es biónica.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Cambiemos el mundo.
¿Por qué?
Porque podemos.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Your skin makes me cry.

Rosario se divide entre la carnalidad y la traición, la lucha y la derrota, el odio y la pasión. Rosario se divide, me divide: en ellos y yo, en lo que soy y lo que muestro. En todo esto.
No entiendo cómo funciona la vida, no entiendo cómo hacerla funcionar.
No puedo confiar en la gente. Eso es darle poder. Poder de destrucción.
Y yo soy débil, no puedo correr ese riesgo. Duele. Dolió.
No lo vas a entender.
Porque cuando mi versión menos cerrada parece cruel, no se puede hacer más nada.
No lo vas a entender.

Cuando el absurdo parece absurdo para el ajeno, demuestra que no lo van a entender.
En mi oscuridad es tan claro, es tan tranquilo.
No puedo ceder.

Me voy a esconder. Lo sabes.
Soy así, invisible a la luz del sol. Intocable. Mía, siempre mía.
No vas a poder entrar.
No voy a ser tu acto de caridad.
No voy a necesitarte. No vas a estar ahí.
Porque ya necesité, no estuvieron ahí. Y dolió.
No quiero versión beta.

Ya baje la guardia.
Ya falló.
Ya dolió.
There are not second chances.





I don't belong, here.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Rosario II

Sin darme cuenta, todo lo que hace a Rosario, es todo a lo que yo lucho diariamente. Es triste ver como una ciudad que para ‘outsiders’ es tan bonita, para los ‘insiders’ puede ser caótica y subestimable. Escapar a algún lugar que este lejos de la locura de las apariencias y poder ser uno mismo, a veces parece solo una oportunidad puertas para adentro, o, como gente gloriosa que conozco, animarse a ser diferentes y crucificados por ello.
Lastimosamente, esta cualidad se está volviendo popular. Se está volviendo moda.
El mundo under, va de a poco renaciendo de sus cenizas para volverse popular, y todas las Barbies Huecas y los Machos Alfas están eligiendo el camino de lo alternativo, sin entender porqué. Dejándonos a aquellos quienes nos hemos sentido refugiados en aquel mundo de la frivolidad de la realidad, huérfanos de universo para escapar.
Quizás necesitan escapar de toda esa hipocresía a la que yo escapo.
Quizás solamente quieren arruinar mi mundo 2.0

Si realmente me conocieran, se darían cuenta que estoy enamorada de la vida, siempre lo estuve. Me gusta caminar por la calle y mirar el cielo, sentir el sol en la piel, el aire en el cuero cabelludo y el agua en mí cara. Me gusta vivir. Pero no me gusta el mundo en el que vivo. Me gusta vivir sola…en el mundo, hasta que eventualmente necesito personas cerca, hasta que caigo en el hecho de que no vivo en ninguna ciudad grande en la que soy tan solo una desconocida que no le teme a nada. Me despierto y vuelvo a ser yo. Yo. Yo. Yo. Yo.

jueves, 3 de noviembre de 2011

The darkness gets deeper.


Las construcciones están a flor de piel en Rosario, molestando por doquier, el polvo, la gente, las bocinas, los gritos, yo. Noviembre es un mes conflictivo, el año ya termina, ya termina? Si, ya termina. Gracias a Dios. De cualquier manera, la gente no sonríe por la calle y yo me pongo mis lentes negros para ver sus ojos con descaro, para notar que no son felices, preguntándome porque.
Son las 6 am, mi perro esta acostado cual humano en la cama, los apuntes desparramados en el piso. Mi cuello no da tregua y decide estallar en tirones de dolor. Aún así, sigo. Sigo porque vivir es inherente a mí, porque terminar con mi vida no está en la lista de cosas para hacer, y si alguna vez me retumbó como una idea apetitosa, ya no lo hace más.
Estoy intentando buscar un sentido, una razón, un por qué. Me alieno a las obligaciones y no me dejo ser, hago las cosas de una forma automática para no sentir el tedio. De noche soy electricidad y de día soy el viento, estoy pero no me siento viva.
Soy luz en la oscuridad, mezclada con algo más para poder brillar; intento embustirme, escaparme de esta realidad. Querer y no extrañar.
Crecí, desde enero a abril, desde mayo a agosto, desde agosto hasta aquí. Me gusta mirarme en el pasado, sonreír por aquella ingenuidad intacta que tenía, por ese ángel que a veces mato a garrotazos. Pero él sigue ahí, dándole magia a mi forma de ser. Ese ángel que tengo dentro mío que me hace inimputable, eterna, frágil y severa. Que me llena y me hace especial, el 1%.
¿Cuánto de todo lo que hiciste te hace sentir orgulloso?, ¿Cuánto de vos merece ser felicitado?. Por lo pronto, yo solo estoy aprendiendo a vivir, pero vos, vos que pretendes tener tu vida solucionada, vos que estas feliz con tu Dios, a veces mi Dios, a veces el Dios de nadie, ¿qué te hace vivir?, ¿qué te hace sentir?
Me pregunto si algún día voy a levantarme, mirarme al espejo y no reconocerme. Me pregunto si puedo aún más perderme. Los cambios son buenos, pero a mí no me gustan los cambios, no los llevo bien hasta que los incorporo porque no queda otra opción. Siempre hay otra opción, pero nos gusta creer que no. Siempre tenés la opción de levantarte y dejar la habitación, dejar tu vida, tu cabeza en algún lugar.
Alguien esta fumando estrepitosamente en algún balcón, alguien está llorando en su habitación, alguien está haciendo el amor. Siempre me pregunto qué estaré haciendo yo (vos).
Alguien que está pretendiendo creer, que está pretendiendo importarle. Todos fingen y alguien es real. Alguien que puede ser vos, pero que siempre soy yo. Alguien que es alguien qué murió.

lunes, 31 de octubre de 2011

Indivi-dualidad


Hablemos de la gente. No de las personas, de la gente. De esos seres vivos, que respiran y parecen ser humanos, pero que en realidad son parte de una vasta masa de almas, que no piensa... Sigue una idea sin saber porqué.
Mi universo es sucumbido por cientos de desilusiones diarias, desilusiones sobre gente que pinta un panorama bastante diferido de la realidad. Está bien, estoy acostumbrada. Sí. En cada persona en la que uno confía, está en suspenso el derecho a decepcionarte, es natural, es esperado, es predecible. No hay que esperar nunca nada de nadie, eso amortigua el golpe del fallo.
¿Qué es lo que motiva a la gente a actuar de este modo? Elegir, nada más sencillo que eso. Cada uno elije en qué creer, en quien confiar y supongo que después de todo, cada uno defiende su verdad, el problema es cuando no sabemos qué verdad seguimos, o porque realmente lo hacemos; el problema es qué perdemos en el camino por intentar pertenecer a la masa creyente de esa verdad universalmente errónea.
Mirar las situaciones en perspectiva es como sacarse el velo de los ojos y realmente mirar desde el plano más objetivo posible, la realidad. No hay verdades universales, hay elecciones universales a las qué un grupo de gente con sed de pertenecer, adhiere.


No pertenezcan a este grupo de seres indeseables.

sábado, 29 de octubre de 2011

For me, it isn't over.



Me quedaría una vida viéndote parpadear. Respirar.

Rascacielos caen en llamas.
No serías capaz de verme.
Pero yo me quedaría una vida viéndote parpadear.

Las palabras ya no me sirven para expresar
Pero aún aquí estoy.
Confiando en lo único que no me puede fallar
Vos. Yo. Nos.

Los días gloriosos.
Los días míos.
Vos.
Mío.
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porque tú siempre existes dondequiera

pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

Mario Benedetti
(fragmento de "Corazón Coraza").

Pasiones Biónicas.




Jamás en la vida fui fan de nada. Siempre pensé que ser fan de algo era estúpido, sufrías y disfrutabas cosas que no podías tener, o podías tener un muy poco porcentaje, lo hacías por gente que probablemente nunca ibas a poder ver, hablar, gente que solamente sonreía macabramente en un poster en tu habitación. Te obsesionabas sin razón.
Después, los entendí un poco más. Momento groupie mode ON.
Anoche tuve una de las noches más asombrosas de mi vida, y no por cosas tontas como por tocarle la mano al cantante principal de mi banda favorita, cosa que también me pasó (esos son meros agregados), fue más que nada, por ver el disfrute del disfrute.
Jamás supe tocar un instrumento y estoy empezando a pensar que jamás lo voy a saber hacer, no entiendo mucho de música. Pero sé que es lo que me gusta y Tan Biónica no me gusta, me encanta.
Llegar 2 horas y esperar en la puerta siempre me pareció una actitud un tanto exagerada, pero no me prive de hacerlo. Mucho menos abrazarme a la valla y agradecer por poder tenerlos cerca. Todas cosas, que siempre me parecieron patéticas, pero que valía la pena hacer.
Aún así, creo que la mejor parte no fue solo esa. Fue poder ver realmente las caras de
los músicos al tocar las melodías y darse cuenta de la pasión, de la satisfacción que sentían haciendo la única cosa en el mundo que los hace sentir tan bien, como a mí escribir. Verlos interactuar entre ellos, reírse y esforzarse por dar el mejor show que podían ofrecer, con lo mejor que tenían y, a pesar de estar cansados, seguir cantando, una y otra canción más a pedido del público. Mirar a aquellos que no cantan, cantar en silencio, demostrando que realmente estaban 100% en ello.
En cuanto a las bandas en general, y particularmente Tan Biónica:
El cantante principal, siempre es el show, la extravagancia, pero creo que eso pasa en todas las bandas. Es quien más extroversión tiene, y en este caso, quien puede bailar como se le cante en el medio del escenario sin miedo del ridículo, luciendo genial y vertiginoso. Asimismo, es el más querido y deseado por el grupo de fans femeninas, eso es ley. Vamos Chano querido.
Después están los guitarristas, bajistas y demás músicos que tocan algo parecido a una guitarra (porque para mí desgracia, parecen todas iguales), siempre dándole el espíritu a la canción. Tirando puas que inteligentemente agarra la gente de la primera fila (también conocidas como, yo). Sí, fue una noche de buena suerte e e e e e. Moviéndose estrepitosamente al ritmo de lo que tocan, sabiendo tocar mejor dicho. Bambi y Sebas.
El batero, a quien no puedo dejar de envidiar pero tampoco dejar de pensar lo mucho que deben doler esos brazos. La batería siempre me pareció uno de los instrumentos más geniales que hay en la faz de la tierra, es una forma de descargar la tensión del día, la gloria. Viva diega.
Y por último, la mejor parte de la banda, el tecladista. Sí, vivo acosándolo por twitter, diciendo que me voy a casar con él y demás cosas, pero bueno son cosas que pasan…¿no? Al menos lo salude mil quinientos veces a lo fan alzada, pero realmente quería que me viera y saludara, que me reconociera si era posible. Sentirme única entre tanta gente desconocida para ellos. Eccole cua, me saludó las mil quinientas veces. Gracias Guarni! :D
Y después simplemente esta el fan en el show, siendo su función cantar las canciones como si no hubiese un mañana desde un malón de gente y con el corazón y tener un poco de sentido común al pensar que los músicos arriba del escenario te están viendo comportarte como un simio sin femineidad.
Gracias, por una noche que me colmo de felicidad como muy pocas cosas, momentos y personas lo han hecho. Realmente estoy feliz. Realmente creo que Tan Biónica es una gran banda. Realmente admiro su talento, su creatividad, sus letras. Chano lo dijo, y yo no hago más que repetirlo, son las voces de una generación que habla por sí misma.

GRACIAS.



viernes, 28 de octubre de 2011

Rosario I


Pongo el Winamp en modo aleatorio y dejo que me sorprenda. A veces aparece alguna canción de boliche, de esas que bajo y escucho para escapar de mi cerebro. La ciudad estaba llena de extraños hoy, extraños que miran con dos ojos grandes, extraños que juzgan, extraños que siempre antes de salir, tomo en consideración.
Tengo 18 años y un mar de inseguridades más grandes que el argentino, tengo un océano de inseguridades que no me deja disfrutar de la vida, de ser yo.
Tengo 18 años y no puedo hablar en público. Me aterra. Todo lo bueno que tengo, lo encierro en mí, me enfrasco. No me dejo salir.
Vivo actuando porque papeles para hacer, personas para interpretar... hay miles. Pero nunca sé como es el libreto correcto para interpretarme a mí. No puedo interpretar mí propia persona... quizás eso les de alguna pista de qué es lo que me pasa.
Ahora está pasando una canción de reggaetón, horrible. Cambio, busco algo que me llene el alma, que me de ganas de escribir. Mi sueño es vivir para escribir... me creo una escritora. Es lo único que sé hacer bien: escribir, en lo demás apesto. Tengo algún libro por ahí publicado, pero nada muy grande, quiero ser capaz de crear en mi cabeza una historia... algo. Y lo soy, pero no tengo ganas de escribirlo, me enfrasco. Otra vez.
Cuando era chica, fantaseaba con escribir libros, contar mi historia, inspirar a chicas que como yo se encontraban solas. La soledad no implica no tener gente alrededor, la soledad implica no tenerse a uno mismo cerca. Es un concepto difícil de explicar, pero lo que todos entienden como soledad, no es soledad... eso es, histeria. Estás solo porque querés, te sentís sola porque no querés estar solo. Es confuso.
Los chicos son muy hirientes cuando quieren, la gente sabe donde apretar para lastimar. Algunos ignoran ese poder, otros son demasiado bondadosos para utilizarlo, y hay gente que lo usa despiadadamente y en demasía. Como yo, en casos necesarios o aburridos.
Ser diferente en Rosario, parece un castigo. Todos debemos seguir las tendencias, ser y estar de moda. Aprobar materias, verse bien, vestirse bien. Hay que llenar el Status Quo que tanto necesitamos para vivir. Puto Status Quo. Soy diferente, y por eso soy mejor.
El nuevo estándar solo fluye de entre los Machos Alfa y las Barbies Huecas. Cuerpos perfectos, sonrisas pulidas. Cerebros vacios, gente que camina y respira porque Dios es bondadoso, y los deja vivir. Injusticias de la sociedad pero allí están ellos, luciendo lo mejor que tienen... su exterior. Gente que se preocupa del qué dirán, más que yo. Muñecos de plástico que adoran se admirados, muñecos de plástico que adoran ser sobados por un conjunto de personas que quisieran ser como ellos, porque siempre para un Quijote, hay un Sancho Panza (Perdón Cervantes por joderte así, comparando al glorioso Don Quijote, con estos monigotes).
Después hay mil quinientos tipos de personas más, Rosario está llena de gente, pero al mismo tiempo tan vacía de personas. Todos buscando algo, todos perdiendo algo. La gente vive perdiendo cosas, esenciales, abstractas. La gente vive perdiendo... y no se da cuenta. Pierden tiempo haciendo lo que deben, haciendo lo que creen que está bien. Pierden tiempo siguiendo supuestas normas morales... que más morales, son sociales. Normas para seguir perteneciendo al grupo “IT”, con sus blondos cabellos y sus doradas pieles.

Esta es parte de la hipocresía, parte de Rosario, de mí.

miércoles, 26 de octubre de 2011

La question c'est voulez-vous.


A pesar del sueño, de la madrugada, de las malas costumbres con aires de vicio, estoy acá otra vez como siempre, otra vez desde que aprendí que tenía el poder de juntar un par de palabras y expresarme mil veces mejor que si lo dijera en voz alta y sin pensar.
Él es indescriptiblemente feliz, y yo no soy parte de su historia. Mí historia, en cambio, sigue siendo la misma: el chaos. Quizás esta en mí esencia complicarme las cosas, tener miedo, pensar demasiado la question.
Creía que los tiempos no eran propicios, ahora que lo son, creo que la persona nos es propicia y calculo que cuando todo sea propicio, yo ya no voy a querer aquel hecho en mi vida. Así es la histeria, se las presento.
Me convertí en un tupper con el paso de los tiempos, bastante hermética, bastante cerrada... demasiado mía, asquerosamente mía. Demasiada esclava del ‘que dirán’ como para abrir la boca sin pánico de no encajar, probablemente eso es culpa de la historia que me condicionó la personalidad. Parte la historia, parte él. Fifty, fifty.
Me convertí en un ser tan cerrado, que hasta veces lo soy conmigo misma, y no consigo saber, qué es lo que quiero: la question c'est voluez-vous.

martes, 25 de octubre de 2011

Sometimes it lasts in love, but sometimes it hurts instead.

Invention.


A veces tengo la leve impresión que la única forma de que vos cambiaras la acepción que yo tenía al respecto de ciertos temas, es simplemente por el hecho de que yo te seguía como una nena de 5 años, maravillada de lo que podías hacer, o decirme. Maravillada de tu libertad, como si nunca hubiese experimentado algo similar…Qué todo lo que hice, buscando seguir cerca de tuyo, lo hice para poder experimentar esa libertad, sin más que terminar estando encerrada en una cárcel mucho peor. Sin saber que la libertad ya la tenía, y en el caso contrario, yo era la responsable de no otorgármela. Nadie más.

lunes, 24 de octubre de 2011

60 minutes.


Es bastante gracioso darme cuenta lo mucho que te conozco, lo poco que te tengo y lo nada que me importa. No es difícil pensar todo el tiempo quien tiene la culpa de qué. Como seres humanos vivimos buscando culpas y culpables. Nos sentimos demasiado bien impugnando almas sin problemas, nos sentimos demasiado bien arruinando. Esta en nuestra esencia.
No te preguntaste nunca porqué? Porqué vos? Porqué yo? Porqué no?. Yo vivo echándome culpas, aparentemente soy demasiado buena para culpar alguien más, o quizás porque realmente me gusta el papel de víctima. Me gusta verte en victimario. El malo de la película. El no. El sí. Él.
Siempre me gusto ser enfermiza, escribir cosas enfermizas, obsesionarme con algo, con vos, con la vida, con. Tener algo por lo cual ser, o hacer. Nunca me centré en mí, nunca me pareció propicio. Siempre me pensé vacía, sin mí en mí. No-lo-suficientemente-suficiente.
También me pregunto por qué las cosas más hermosas se me ocurren en los lugares más patéticos y mediocres. Me molesta. Quizás por eso desarrollé la necesidad de tener algo donde archivar cada momento, será por eso que llevo conmigo siempre mi cuaderno, será.
Hace mucho tiempo, y muchos cambios personales atrás, te dije que cada vez que volvía a vos, volvía a mí. Hoy no estoy tan segura de que algo de eso haya sido verdad. Tengo varios personajes para interpretar y soy una excelente actriz. Puedo ser quien quieras que sea, y lo seré para complacerte. No. No era yo, al hablar con vos. No. Ni vos fuiste vos, ni yo fui. No fuimos porque nunca existimos en más de dos.

jueves, 20 de octubre de 2011

Corazón-Coraza.

Estoy sentada, con una birome roja en una mano, los apuntes del otro lado y la música al máximo. Parece que nada importa, ni si quiera terminar de estudiar las últimas tres unidades para mañana. Un cero.
No puedo evitarme preguntar, ¿qué voy a hacer de mi vida? y por consiguiente ¿porqué estoy preguntándome esto cuando debería estar estudiando?, ¿porque tengo diez horas antes del examen? meh.. es todo lo mismo.
El corazón coraza no se ablanda y yo no tengo ánimos para luchar conmigo misma para re-definrme y reencontrarme. Estoy aceptando no querer confiar, porque es más cómodo.
Porque si es todo lo mismo.. para qué siquiera intentar?

miércoles, 12 de octubre de 2011

Trashy confessions.

Días grises y de lluvia es lo peor que le puede pasar a las personas depresivas. Me sentí tan maliciosamente armónica hoy. No hubo chaos, no hubo conflicto, solamente un día neutro...............................un desastre. Deberá haber estudiado, pero siempre debo estudiar, Nunca lo hago.
Conservo una lista de puntos que debería hacer, y no los hago.. todo para mantener mi mente ocupada soñando que hago aquellas cosas que creo que son utopías. "Solo se vive una vez y yo sé que no soy inmortal", debería otorgarle el copyright de esta frase a un extraño no tan extraño, pero que más da, ambos sabemos.. tanto ustedes como yo, qué a mi no se me ocurriría decir una frase así, suelo ir más por el lado del miedo que por el de la desesperación vivencial.
Quiero conformarme como persona, confío en que tengo tiempo.. y de repente me encuentro terminando mi primer año en la facultad. Les mentiría si les dijera que tengo todo bajo control, nunca tengo las cosas bajo control. Menos ahora. Es el punto límite.. y no tienen una idea de lo que me agota estudiar, odio estudiar, detesto estudiar.. pero es la única forma de que yo sea algo, haga algo de mí. Y lo sé, y lo hago.. me presiono, hasta incluso llego a disfrutarlo.
No sé que hago escribiendo esto, no tiene sentido.. estaría usando mi blog como diario, y por más que lo hago inconscientemente detesto darme cuenta de ello. Seguramente volveré con lo mismo de siempre, esas frases y análisis de mis momentos que solo yo entiendo, que ustedes interpretan de acuerdo a su subjetividad.
Me parece genial, me parece genial que palabras que para mi significan algo, para Doña Rosa significa otra cosa.. y para Barack Obama también. Neruda tenía razón.

La palabra, Pablo Neruda.

Supongo que para cualquier poeta, Neruda es un gran referente. Algunos pensaran que era un pobre romántico, cuando yo, creo que era tal como debería ser cualquier poeta: fatalista, trágico y enamorado del amor junto con cualquier cosa al rededor. Peco por no haberlo leído tanto, lo sé, pero también sé que voy a saldar aquella cuenta pendiente.
La palabra es una excelente biopsia de lo que estas letras, absurdas para algunos, realmente significan, y lo importantes que son.
Sin más preludios, 'Njoy!

"...Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen… Vocablos amados… Brillan como perlas de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció. Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Que buen idioma el mío, que buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Éstos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de la tierra de las barbas, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras..."