sábado, 4 de julio de 2015

Aquel fragor ensordecedor me tomó desprevenida,
El estruendo tenía una dulce combinación de tragedia y realidad,
como si mi cabeza hubiese estallado,
finalmente.

Algo roza mi hombro,
toca mi nuca,
siento presencias y presiones.

Me mira, con sus ojos llenos de odio,
y logro reconocer una silueta,
en el reflejo de su iris...
...bastante parecida a la mía.

Atrapada. Ahogándose.

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